Nota de Tiempo Argentino del 3 de febrero de 2015.
Apenas 30 laboratorios dominan el sector.
El 90% del mercado está en manos de los grandes
La concentración determina los precios de los medicamentos que compra el público. Existe fuerte presencia de las firmas nacionales.
La concentración en el sector de los laboratorios, tal como ocurre en otros sectores de la economía, es un problema de fondo que termina impactando en precios al consumidor. En este caso el inconveniente es mayor, justamente, por el producto que ofrece. Si bien existen pocos datos actualizados, los disponibles muestran que los 30 primeros laboratorios dominan más del 86% del mercado. De esa porción, el 60% son privados nacionales. Según la consultora IMS, estos tienen una facturación total cercana a los $ 40.000 millones anuales.
Las empresas están agrupadas en cuatro cámaras: la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa), que agrupa a los nacionales; la Cámara Argentina de Especialidades Médicas (Caeme), en la que se aglutinan las multinacionales; Cooperala, la cámara de las pymes y cooperativas; y la Cámara Argentina de Productores de Medicamentos Genéricos (Capgen). Esta última es la que más sufre el lobby de los grandes laboratorios y que –a pesar de la conveniencia de sus precios– pierde por goleada ante los niveles de inversión en publicidad de esas firmas.
El año pasado, la Secretaría de Comercio obligó a los laboratorios a retrotraer precios tras haber detectado «aumentos generalizados en un brevísimo período de tiempo». La referencia fue por subas de entre 3 y 4% promedio en los valores sugeridos de venta al público sobre un 70% de los medicamentos. Comercio subrayó que los aumentos se dieron principalmente entre el 13 y el 26 de mayo de 2014 e involucraron alzas corroboradas en 39 de los 45 laboratorios farmacéuticos de mayor facturación del país. En el listado de infractores aparecían casi todas las grandes firmas farmacéuticas: Roemmers, Bagó, Gador, Elea (nacionales); y Pfizer, Bayer, Boehringer y Abbot (extranjeras), entre las cuales se reparten la producción de casi el 80% de los medicamentos más demandados, como los cardiológicos, para enfermedades crónicas e hipertensión.
Ante la imposibilidad de llegar a acuerdos de largo plazo en materia de precios con el sector, y la negativa de los empresarios a establecer valores de referencia similares a los convenios de Precios Cuidados, la nueva agencia de producción nacional también aparece como un contrapeso a la fuerza de la producción privada, al tiempo que, además, corrige diferencias que actualmente son bastante comunes por la desregulación del sector.
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