La cautividad de los usuarios y usuarias, la cartelización de los grandes pulpos de la salud privatizada, la migración de los profesionales médicos y un negocio en expansión en desmedro de trabajadores y pacientes son algunos de los importantes conceptos de esta nota.
“Nosotros decimos que los usuarios de las Prepagas somos usuarios cautivos”, dijo Claudio Boada, presidente de la Unión de Usuarios y Consumidores para el canal IP, “esto es porque si hay una enfermedad crónica tenés que permanecer en una prepaga, sin posibilidad de cambio, y si hay alguna discapacidad también”. Por otro lado, el abogado agregó que la gente mayor de 60 años no las inscribe en la mayoría de las prepagas. Esto da respuesta a la cautividad de los usuarios que a su vez implica diferentes abusos.
Uno de los abusos, es el cambio abrupto de profesionales, sin tener la seguridad de continuar cierto tratamiento con el mismo o la misma especialista, esto es porque la prepaga les da de baja y contrata a otros.
Según el artículo 14, de la Ley 26.529, de Salud Pública, el paciente es el titular de la historia clínica y a su simple requerimiento debe suministrársele copia de la misma, autenticada por autoridad competente de la institución asistencial. La entrega se realizará dentro de las cuarenta y ocho (48) horas de solicitada, salvo caso de emergencia.
Sin embargo, se observa en reiterados casos que algunos y algunas profesionales son reacios a entregarlas en tiempo y forma, siendo de absoluta propiedad del titular o paciente que la requiere.
“Pareciera que hay un temor implícito a un juicio por mala praxis, y en la mayoría de las veces que se solicita es por mudanza, cambio de prepaga, u otros cambios”, explica Boada.
El cobro indebido por edad de la o el paciente es otro de los abusos. No pueden realizar un aumento de cuota, por edad, hasta los 65 años y hay muchas situaciones, explica el presidente de la Unión de UyC, donde las personas cumplen 50, 55 o 60 años y sufren aumentos.
En este aspecto, aclara algo importante “Después de los 65 años, puede haber ciertos aumentos, siempre y cuando él o la paciente no tenga más de 10 años de antigüedad en la prepaga, “y eso tampoco lo respetan”, explica el abogado, “te aumentan y después uno tiene el trabajo de reclamar por esa acción ilegítima”.
“Los empresarios de las prepagas dicen que es un negocio en extinción y nosotros desde la Unión decimos que es un negocio en expansión”.
El presidente de la Unión, grafica todo el circuito de las prepagas en la entrevista a IP. Explica que los empresarios de las prepagas dicen que a ellos no les alcanza para dar el servicio y su ganancia cada vez es menor. Lo cierto es que después de tener la prepaga, compran clínicas, centros de salud, seguros de responsabilidad civil de los médicos, después seguros generales y después compran medios, radios y canales de TV.
“Nosotros no vemos que los grupos dueños de las prepagas pierdan plata”, dice el abogado y agrega “si comparamos el índice de inflación que hay en Argentina que es altísimo, que fue de 100 % el año pasado, y el aumento de las prepagas fue mayor a ese índice”.
En la actualidad no se consiguen turnos antes de los 30 o 45 días y “el gran sacrificio durante la pandemia fue de los trabajadores y trabajadoras de la salud, y del sistema público, mientras que las prepagas, se recluyeron y no daban turnos”, apunta el presidente de la Unión.
Un sistema cartelizado
Boada comenta en el canal de Noticias que, en 2004, ya casi 20 años atrás, estuvo presente en una reunión donde los dueños de las empresas de salud se comprometieron a analizar los costos en beneficio de los pacientes. Pero lo cierto es que “nunca las prepagas mostraron en todo este tiempo sus números, por lo tanto, no les creo que les va mal, siempre les va mejor”.
En una encuesta realizada recientemente a 845 médicos por la plataforma de atención médica Wiri Salud, resultó que el 35 % de profesionales decidió dejar de trabajar en prepagas porque además de pagarles poco, lo hacen a 60 o 120 días.
“Si pensamos en una cadena productiva de este servicio, en la parte de abajo están los prestadores y los médicos, en la parte del medio están los financiadores y arriba los consumidores”, aclara Boada, “pagan migajas para abajo, cobran fortunas para arriba, esa es la realidad”.
Si, el sistema está muy mercantilizado y cartelizado entre 5 o 6 empresas muy grandes. Entre ellos se ponen de acuerdo.
LA SALUD ES UN DERECHO: Las situaciones difíciles las prepagas no las atienden, las derivan al Estado, como garante de salud, y “nosotros decimos no podemos tener un estado bobo que no dicta reglamentaciones, no le exige a las prepagas y después paga las consecuencias.” concluye Claudio Boada.
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