Romper con la solidaridad del sistema de salud privado (prepagas) no es la solución del problema, sino acrecentar el mismo.
Buenos Aires, 1 de Noviembre de 2022.
Las prepagas han recibido desde el Estado un fuerte apoyo económico desde la pandemia y han bajado el nivel de atención casi casi bajando las cortinas (postergaron turnos, dejaron de atender, operaciones programadas fueron postergadas, etc.). Quien soportó el gran costo y peso de la pandemia fue la Salud Pública y el personal de salud en todos sus variantes (médicas y médicos, enfermeros y enfermeras, demás personal de salud, etc.).
Asimismo, las prepagas tratan con saña a ciertos sectores poblacionales (personas con discapacidad, personas con enfermedades crónicas y adultos mayores) Sólo desean retener la “crema del negocio” como ellos la llaman (aportantes jóvenes que usan poco el sistema).
Las prepagas siempre pretendieron con sus argumentos, sus acciones y sus conductas hacia los afiliados convertir el sistema en una copia del sistema de seguros; rompiendo la solidaridad.
Nuestro sistema de salud es solidario y no se debe romper. Si el Estado permitiera el cobro de cuota de prepaga de acuerdo al uso del sistema desprotegería a los que menos tienen, a los que menos salud tienen. Se convertiría en un estado suicida pues desprotege a miles que se volcarían a la salud pública ya que el estado es el garante de la salud de todos.
Por ello desde la Unión de Usuarios y Consumidores rechazamos la fórmula que pretenden imponer ciertos sectores donde cobrarían la cuota de las prepagas conforme el nivel de uso de cada uno.
Esto provocaría que los más afectados por dolencias tengan que migrar al sistema público frente a precios impagables. Volvamos a la solidaridad del sistema. Con aumentos acotados y cuotas accesibles a todos.
Claudio Daniel Boada
Presidente de la Unión de Usuarios y Consumidores
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