Boletas de electricidad con aumentos de hasta 900 por ciento sobre el año pasado.
Cientos de clientes denuncian que reciben facturas con precios desmesurados e «incomprensibles». Otros miles serían perjudicados pero no lo detectaron.
* Hubo clientes residenciales de las distribuidoras de CABA que recibieron facturas por 60 a 70 mil pesos, por supuesta deuda de bimestres anteriores. Según explicó Edesur a la Unión de Usuarios, según cita esta última, se trata de «errores de medición» en el consumo que fue subsanado reemplazando el medidor que tenían instalado. Al verificar el actual consumo, se procedió a calcular la diferencia por «lo facturado de menos» en períodos anteriores y se incluyó en la nueva boleta. «Edesur no está cumpliendo el procedimiento que corresponde», advirtió Boada. Señala que el retiro del medidor y su reemplazo por otro debería ser constatado con acta y aviso al usuario, y si hubo problemas de medición anterior, la instalación debería ser verificada en el INTI (organismo oficial de investigaciones tecnológicas industriales). Si se comprueban, proceder a la refacturación de los períodos respectivos. «Pero Edesur no cumplió con nada de eso, no facturó los períodos que corrige y simplemente reclama una deuda estimada por ellos». Sin buscarlo ni promocionarlo, la Unión de Usuarios recibió y sigue recibiendo casi a diario diversos casos de «reclamos de deudas» que no aparecían en boletas anteriores.
* Recategorización tarifaria. Usualmente, los cambios de categoría se hacían por el consumo anual del cliente del año anterior, pero la Unión de Usuarios detectó varios casos en los que el ajuste de categoría se hace mensualmente. «Así, en invierno, cuando el consumo de electricidad en un hogar sube significativamente, la distribuidora consideró que ese aumento del consumo era válido para recategorizar al cliente; un hogar que pasar de categoría R1 a la R8, como tenemos algunos casos, implica un aumento de unos 1500 pesos solamente en el cargo fijo, por una recategorización que no corresponde».
* Cambios en el período de facturación. También se verificó que, entre bimestres, se dio un cambio en el lapso de facturación, por ejemplo de 58 días el anterior a 66 días en el siguiente. «Cuando esta diferencia se da entre un bimestre de otoño y el siguiente en invierno, el aumento de la demanda por tomar un período más prolongado en la medición amplía el salto de categoría, con el consecuente aumento del cargo fijo y el aumento en el precio de la energía consumida», apuntó Boada.
Frente a este «complejo combo de posibilidades de cambio de facturación», la entidad hizo varias presentaciones ante el ente regulador buscando un dictamen y resolución por lo que, interpreta, son serias irregularidades. Pero, paradójicamente, también es irregular el funcionamiento del regulador. «Hoy, a un usuario le es prácticamente imposible presentar un reclamo, porque le reclaman una serie de exigencias, comprobantes, documentación que difícilmente pueda reunir; si se presentan solos, no le reciben una denuncia por nota. Esto no tiene explicación», se quejó Boada. «El ENRE no está jugando un papel claro en su rol de control; por supuesto cuando nos presentamos como entidad de usuarios nos reciben todos los reclamos porque no les queda otra. De todos modos, toman nota del pedido y nada más, porque hace más de un año que el ENRE no toma una sola resolución», agregó. Boada citó el caso de una presentación ante el ENRE por el reclamo de una clienta de Edesur, con fecha 20 de diciembre de 2017, que frente a la consulta online del estado del trámite, se obtiene la respuesta «En análisis». Veinte meses después.
«Lo único que se obtiene con el trámite ante el ENRE es la suspensión del derecho de corte del servicio mientras se haga periódicamente un pago a cuenta; pero esto es una complicación para el usuario, lo obliga a pagar cada bimestre en las oficinas de las distribuidoras, está pagando una cifra que no sabemos si es la correcta, si paga de más o está acumulando una deuda. Es una gran desprotección para el consumidor, por culpa de un sistema que es un caos, del cual ni quien presta el servicio ni el ente regulador se hacen cargo. Y lo estamos viendo todos los días», completó Boada.
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