El reclamo de lxs vecinxs de Valentín Alsina
Los habitantes de Valentín Alsina vienen luchando hace 30 años por la reubicación de dos fábricas de grasa que no sólo contaminan el ambiente, sino que además atentan contra la salud de los vecinos y vecinas de la zona. Estas dos fábricas se llaman Hebos y Mapar. A mediados del año 2021 a esta problemática se sumó la posibilidad de la instalación de una tercera empresa, perteneciente a Refinerías del Centro S.A.
El trabajo de estas empresas es a cielo abierto y consiste en procesar de forma indebida grasa y desechos animales en putrefacción, contaminando el ambiente, generando olores nauseabundos en toda la zona de Campomar, Villa Pampa, Villa Ilaz, Villa Jardín, Barrio Obrero y Valentín Alsina. Los desechos son arrojados de forma clandestina al Riachuelo y a distintos arroyos entubados, lo que produce un impacto ambiental muy grande que, en menor o mayor medida, afecta a toda la Cuenca Matanza-Riachuelo.
Las diferentes organizaciones vecinales argumentan que además provocan enfermedades pulmonares y problemas de piel a toda la población.
Hasta el momento se han realizado varios reclamos con presentaciones ante las Autoridades de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) y el municipio de Lanús, pero nunca recibieron respuesta acorde a su problema. En algunas oportunidades se realizaron algunas clausuras provisorias que por intervención del municipio fueron desactivadas.
Más allá de estos históricos reclamos a fines del 2021 finalmente comenzó a operar una nueva firma, Refinería del Centro -del Grupo Beltrán- a pocas de cuadras de colegios y clubes de barrio.
Los vecinos siguen en estado de alerta, pero hasta el momento no consiguieron ser escuchados “No queremos que cierren las industrias porque sabemos que dan trabajo, pero si queremos que las trasladen a algún parque industrial y que por fin los vecinos podamos respirar aire puro” expresó una vecina de la organización Campomar, quien prefiere mantener su identidad reservada porque ya ha recibido amenazas.
A las organizaciones de consumidores no sólo nos interesa ver precio y calidad de los productos; saber cómo se produce y en este caso conocer si afecta o no el ambiente, hace al consumo sustentable. Enfermando al vecino de la fábrica no es como queremos consumir. Si desprecian al vecino de la industria y al trabajador, los consumidores sentimos que nos desprecian a nosotros. Por ello apoyaremos este reclamo con las herramientas que poseemos; no sólo en la difusión de la problemática sino también apoyando las acciones administrativas y judiciales que los vecinos decidan emprender.
Comentarios cerrados.